Turistas que aprenden de la ensenada de San Simón

Combinando tradición y nuevas tecnologías, un grupo de mariscadoras y pescadores impulsa en Redondela el turismo marinero

Turistas que aprenden de la ensenada de San Simón
Visitantes y guías de Amarturmar, en el muelle de Cesantes tras realizar una ruta turística. Foto de Alba Villar

Los cada vez más turistas que visitan Redondela tienen la oportunidad de empaparse de su cultura marinera de la mano de Amarturmar, una asociación formada por diez mariscadoras y dos pescadores que habitualmente trabajan en la lonja de Cesantes. Mediante rutas por la playa y las aguas de la ensenada de San Simón, descubren al visitante cómo se cultivan el choco o la almeja, las tareas del marisqueo a pie y a flote, o el arte del “xeito” para capturar sardinas.

Combinando la tradición con las nuevas tecnologías, un grupo de doce mariscadoras y pescadores está impulsando en Redondela el turismo marinero. Mediante rutas que varían según el calendario de pesca, la asociación Amarturmar muestra a los visitantes cómo es el trabajo en la lonja de Cesantes, de dónde vienen los chocos o cómo se cultivan y extraen las almejas.

Con una página web y actividad continua en las redes sociales, Amarturmar ha logrado en apenas unos meses ser un referente para los turistas que visitan la zona. La entidad nació en abril de 2019 “con el propósito de dar a conocer, a través de rutas, la actividad de los marineros y mariscadoras, para así revalorizar los productos pesqueros, promocionar actividades culturales y educativas, y acercar a la sociedad el mundo pesquero, sus oficios y sus tradiciones”.

Encarna López, una de las guías-mariscadoras de Amarturmar, hace la ruta del marisqueo a flote con un grupo de turistas franceses. En el muelle de Cesantes embarcan en un bote tal como los de los pescadores de la ensenada. En hora y media les explican el tipo de recursos que esconden las aguas de la ría y las zonas de captura. “Aunque trabajamos todo el año, en verano nos centramos en la almeja”, apunta Encarna.

Ya sobre el banco marisquero, los turistas ven cómo se utiliza el angazo, “un rastrillo gigante” con el que extraen el molusco del fondo marino. Curiosos, lo intentan ellos mismos, con éxito desigual.

En la misma embarcación se procede a la clasificación del producto. Como en el trabajo diario, un barco de control acude para hacer las verificaciones obligatorias. De ahí regresan a la lonja, donde se nuevo se pesan y clasifican las capturas. “Aquí se etiquetan las sacas pero la venta final se realiza en Vigo”, explica la guía.

Amarturmar permite conocer las tareas del marisqueo a flote o del cultivo del choco

“La gente disfruta mucho de la experiencia, sobre todo cuando es en barco, para la mayoría supone una novedad”, comenta la integrante de Amarturmar. Otras rutas en las que usan embarcaciones permiten conocer el cultivo del choco en sus “bosques submarinos”, o las artes del “xeito” para la sardina y “xouba”. También realizan rutas en la playa, acompañando a las mariscadoras cuando la marea es propicia.

La mayor parte de los participantes en las actividades de esta asociación son turistas de otros puntos del Estado o del extranjero, “pero también están acudiendo gallegos, que aunque conocen estas tareas, nunca las han visto tan de cerca”, apunta Encarna López.

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Participantes en la ruta de marisqueo, en la lonja de Cesantes. Foto de Alba Villar

La guía comenta que mediante estas rutas “se dan cuenta de todo el trabajo que representa la pesca y el marisqueo”, y como anécdota, dice que los turistas se sorprenden de que las sardinas se extraigan “una a una” en el arte tradicional. Además de poner cara a quienes trabajan el mar, “el turismo marinero es una excelente vía para dar a conocer el patrimonio marítimo, el medio ambiente marino, así como nuestra cultura y la gastronomía”, detallan en Amarturmar.

La asociación se muestra muy satisfecha por “la buena acogida que está teniendo la propuesta”. Su labor divulgativa ha suscitado interés también en el Concello, con el que preparan jornadas para involucrar a los centros escolares.

En el Entroido de Verán de 2019, Amarturmar participó con un stand propio en el que a través de juegos, los más pequeños pudieron conocer mejor el trabajo que se realiza a diario en la ensenada de San Simón.

También la productora de la película “María Solinha” que rodó Ignacio Vilar en Redondela se puso en contacto con esta entidad de turismo marinero para que fueran partícipes del rodaje.


Publicado originalmente en Faro de Vigo el 30 de agosto de 2019
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