“Las mujeres en la música tenemos que demostrar el triple que los hombres”

Productora onubense asentada en Madrid, Salomé Limón ha ganado cinco premios Latin Grammy por su trabajo en discos como ‘Spain Forever’ de Michel Camino y Tomatito (2016). Fundó y preside PIAudio, Asociación Iberoamericana de Productoras e Ingenieras de Sonido.

“Las mujeres en la música tenemos que demostrar el triple que los hombres”
Salomé Limón, a los mandos de una mesa de mezclas. 

Salomé Limón ha trabajado con músicos de la talla de Paco de Lucía, Anoushka Shankar, Chick Corea, John Legend, Vampire Weekend, Enrique y Estrella Morente... Su papel en bandas sonoras, producción de discos de flamenco, composición y colaboraciones diversas (en Galicia grabó a Leilía y hace poco al gaitero Carlos Núñez) le han granjeado el respeto de su profesión: tiene en su haber cinco premios Latin Grammy. En junio de 2022 participó en Vigo en una jornada del programa de la Diputación de Pontevedra ‘Descúbreas’ para abordar, junto a la manager Patricia Hermida y la cantante Rebeca Rods, las posibilidades laborales del sector musical para la mujer.

¿En qué consiste el trabajo de ingeniera de sonido?  

–Lo que hago es grabar lo más fielmente posible lo que pasa en un estudio de grabación. Allí, músicos y músicas hacen su arte; y yo trato de que lo sientan y les grabo, sin que se note que estoy ahí.

¿Cómo se introdujo en este mundillo de la producción?  

–Mi hermano mayor [Javier Limón] es músico y productor. Un día estaba en el estudio y necesitaba que le echase una mano. Yo estaba en medio de otros trabajos y como había hecho un curso de técnico de sonido, entré a hacer prácticas y ahí empezó todo.

De su amplio currículum, ¿qué hitos le gusta destacar?

–Aparecer en los créditos del LP “El cantante” de Andrés Calamaro como asistente de sonido. También haber grabado con Paco de Lucía, por la relación que tuvimos con él, con Estrella Morente, y un trabajo muy especial, el ‘Spain Forever’ de Michel Camino y Tomatito, por el que nos dieron el Latin Grammy al mejor álbum instrumental.

Prácticamente ha alcanzado la cima en su ámbito laboral.  

–Recibir un reconocimiento como ese, de tus propios compañeros de profesión, es más especial aún.

Sin embargo aún es una rareza encontrar mujeres en la mesa de mezclas. ¿A qué atribuye que sea un sector minoritario para ellas?

–Como en todas las profesiones técnicas, desde pequeñas nos dicen que eso son cosas de hombres. Y de tanto repetirlo te lo crees. A los cinco años, una niña ya tiene la idea de si podrá (no si quiere) ser ingeniera. Tenemos que decirles antes que si ellas quieren, claro que se puede, y además es muy divertido.

“Hace falta psicología para que el artista dé lo mejor de sí en el estudio de grabación”

¿Es un trabajo al que se accede a través de estudios específicos o es más bien un aprendizaje práctico?  

–Donde más aprendes es en el estudio. Pero sí que recomiendo una formación previa, porque lo aprovechas mucho más. Antes la única manera de saber era tirando muchos cables. Para mí lo ideal es aprender en una escuela lo básico, y después ver otras cosas, como el estar en un estudio con los artistas, que no pasa nada por poner cafés [ríe], la psicología que hay que tener con los músicos que están metidos en la cabina; oír en los cascos su respiración, impone mucho.

Requiere dosis de psicología para conectar con los artistas.  

–Necesitas mucha empatía con el músico, no es lo mismo tocar delante de 100, 500 o 5.000 personas, que ante un micro. Como ingeniera de sonido tienes que sustituir a ese público, animar a la persona a que saque lo mejor de sí, y poder grabarlo en el disco. Hace falta mucha psicología, a lo mejor justo ese día al artista no le apetece tocar, pero es el momento de la grabación y hay que encauzarlos en el estudio.

¿Existe una brecha de género en el sector de la música? Aparentemente hay tantos hombres como mujeres sobre el escenario.

–Pues incluso entre los cantantes existe esa brecha; la mujer debe tener un físico, comportarse de una manera para triunfar... el patriarcado está en todos los aspectos que rodean a la mujer. Entre compañeros no hay tanto problema, es una cuestión de productoras, discográficas, que todavía tienen prejuicios. Las mujeres tenemos que demostrar el triple que un hombre. La semana pasada grabé a un músico al que no conocía y al principio él parecía extrañado, luego me vio trabajar y todo fue bien. Pero eso a un hombre no le pasa, él no tiene que demostrar lo que vale, tanto como me ha pasado a mí. Hay artistas que no dan la misma confianza al técnico si es hombre, que si es mujer.

¿Cuáles han sido sus estrategias personales para romper ese “techo de cristal” en la música?

–Hacer mi trabajo y ya está. Al principio nunca me planteé una contradicción por ser mujer e ingeniera de sonido, al entrar con mi hermano era algo normal. Luego conocí a una ingeniera en Bruselas,y me sorprendí de que hubiera más mujeres en el sector. Y en directo también hay cada vez más, lo cual admiro porque es más duro grabar en directo que dentro del estudio. Antes no había redes sociales, era  complicado conocer a otras mujeres de tu mismo ámbito. El tema del género ni se trataba. Para mí sí que se ha convertido en una realidad al ver las diferencias por ser mujer. Por ello creé PIAudio, para apoyarnos las técnicas de sonido entre nosotras, para colaborar y que la siguiente generación no pase por lo mismo que nosotras. El acoso sexual, por ejemplo, es algo por lo que todas hemos pasado. Pero antes eso no se podía denunciar, resultaba un problema más para la mujer que para el propio acosador.

Usted propone el trabajo en red como una manera de superar esa discriminación dentro de la industria musical. De hecho hará en Vigo una mentoría con chicas interesadas en trabajar en este sector.  

–Hay que ser generosa con el conocimiento, me gusta hacer mentorías y dar charlas porque creo que colaborar es la única manera de poder sacar la música adelante. Si eres músico no puedes hacerlo tú todo, estar pendiente de la técnica y del arte... cuanto más se colabore más crece la música, porque a ti se te ocurre algo y a la otra persona algo diferente, y todo suma. La música es un trabajo colectivo.

¿Qué le llama la atención de la música más reciente en España?

–Desde la parte del flamenco en donde me muevo más, veo que se están experimentando nuevas fusiones y sonidos, porque si no te abres te quedas muy pequeñito... Cuanto más fusiones, más creces.  

¿Cuál sería su consejo para los y las jóvenes que quieran hacer de la música su profesión?

–Hay que trabajar mucho, colaborar y fusionar. Lo importante es encontrar tu propia voz, ese ‘algo’ que te diferencia de los demás...La clave está en experimentar mucho, nunca se sabe lo que encontrarás. Y sobre todo pasándotelo bien, porque la música es para divertirse.


Entrevista publicada originalmente en FARO DE VIGO el 3 de junio de 2022
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